Antes se consideraba que la seguridad vial era responsabilidad del sector de los transportes. A comienzos de la década de 1960, algunos países desarrollados crearon organismos de seguridad vial, generalmente en el seno de un departamento estatal de transportes, pero el sector de la salud pública tardó en implicarse.
Pero, las lesiones causadas por el tránsito son un problema de salud pública de primera magnitud, no un mero derivado de la movilidad de los vehículos. El sector sanitario se beneficiaría mucho de una mejor prevención de dichas lesiones porque se reducirían las hospitalizaciones y la gravedad de los traumatismos. También se beneficiaría si un mayor número de personas adoptaran el hábito saludable de caminar o ir en bicicleta sin temer por su seguridad.
El enfoque de salud pública para la prevención de las lesiones causadas por el tránsito se basa en pruebas científicas. Recurre a conocimientos de medicina, biomecánica, epidemiología, sociología, ciencias del comportamiento, criminología, educación, economía, ingeniería y otras disciplinas.
Aunque el sector sanitario es sólo uno de los muchos actores implicados en la seguridad vial, tiene importantes funciones que desempeñar:
• seguimiento de los traumatismos y la realización de encuestas, con recopilación sistemática de datos acerca de la magnitud, el alcance, las características y las consecuencias de dichas lesiones, para descubrir lo máximo posible sobre las características de las lesiones causadas por el tránsito
• investigar las causas de los choques y/o lesiones causadas por el tránsito, intentando determinar:
− causas y correlaciones de los traumatismos,
− factores que incrementan o reducen el riesgo,
− factores que podrían modificarse mediante intervenciones;
• explorar maneras de prevenir y reducir la gravedad de las lesiones causadas por el tránsito mediante el diseño, la aplicación, el seguimiento y la evaluación de intervenciones pertinentes;
• divulgar en diversos entornos intervenciones aparentemente prometedoras, especialmente en el área del comportamiento humano, difundir información sobre los resultados y evaluar la rentabilidad de estos programas;
• lograr convencer a las instancias normativas y decisorias acerca de la necesidad de considerar que las lesiones en general son un problema de primera magnitud y es importante que adopten mejores estrategias en materia de seguridad vial;
• traducir la información efectiva y con base científica en políticas y prácticas que protejan a los peatones, los ciclistas y los ocupantes de vehículos;
• promover el desarrollo de la capacidad en todas estas áreas, sobre todo en el acopio de información y en la investigación.
Es fundamental la colaboración intersectorial, algo que el sector de la salud pública está en buena situación de fomentar.