El sistema de salud público está en decadencia y se ve: cierre de quirófanos, aumento de las listas de espera, falta de personal, copago farmacéutico, implantación de la tasa por receta (Cataluña)… Los Presupuestos Generales presentados esta semana sustancian el recorte en aspectos tan esenciales como la dependencia, que pierde más de 300 millones de euros.
Esta preocupación para tantas personas genera que crezca el otro sector, el seguro de salud privado, el único ramo del sector asegurador que ha crecido durante todos los años de la crisis, aunque sea poco. En 2011 vio aumentar sus ingresos por primas un 3,06%, hasta los 6.589 millones. Es cierto que antes de 2007 crecía a tasas próximas al 10%, pero, a como está la situación, crecer poco ya es mucho.
Pero cómo resiste la crisis el seguro de salud? Está comprobado que los suscriptores de estos seguros —a menos que se encuentren en una situación económica muy difícil— no prescinden de ellos, entre otros motivos por el panorama que se abre en la asistencia pública, con los problemas de las listas de espera y las dificultades, por ejemplo, para conseguir una cita con la rapidez necesaria. Pareciera ser que el sistema privado se está beneficiando de la asfixia que está sufriendo el sector público.
“A finales de este año veremos cómo se materializan esos recortes. Así que aún es pronto para afirmar que ha existido esa transferencia de lo público a lo privado”, avanza Fernando Azpeitia, consultor de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
Teótimo Sáez, secretario general de Adeslas, dice que no se están beneficiando de la política de recortes de la sanidad pública. Entre otras razones porque “el segmento de salud es muy sensible a la situación económica general. En la práctica, la crisis hace que se vendan menos pólizas”.
Sin embargo, en Cataluña, el presupuesto de sanidad ha caído un 7% entre 2010 y 2011, y durante este ejercicio habrá más recortes, prevén en AFI. Con estas perspectivas, Jaime Ortiz, director comercial de Asisa, sí cree que esa “racionalización de recursos” tendrá influencia en el aseguramiento sanitario, aunque aún sea pronto para evaluarla.
Según la mirada de Cristina del Ama, directora de vida y salud de Allianz Seguros. “Esta situación supone una oportunidad para los seguros privados, que ofrecen un valor añadido a los clientes a través de una gran calidad en las prestaciones y que además aportan características muy valoradas por los asegurados, como la reducción de tiempos de espera, la libre elección de especialistas, habitación individual en caso de hospitalización…”.
Susana Moreno, directora de la división de salud de Groupama, estima que es difícil calcular el impacto que tienen las medidas aprobadas en sanidad en el incremento de la facturación de primas del seguro privado. “Pero sí hemos constatado el aumento del interés por este producto en canales de distribución, como el de mediadores, en los que hasta el momento el ramo no era prioritario”.
Antonio Jiménez, responsable de salud de Axa, nos explica que es notable ver como han aumentado los “pagos en especie” al empleado, y en este aspecto “el seguro de salud está reconocido como el más atractivo”. Y agrega: “Estamos notando que empresas y particulares nos piden más información sobre este producto”.
Si las cosas siguieran su orden natural, “la sanidad privada debería ser complementaria de la pública, no sustitutiva”, puntualiza Iñaki Ereño, consejero delegado de Sanitas. Sin embargo, no parece que sea de esta forma. La política hospitalaria de la Comunidad de Madrid, sin ir más lejos, así lo evidencia. Por tanto, hay que tener presentes los detalles y analizar cómo la crisis está subvirtiendo ese orden natural.
Pero al igual que en otros sectores, los seguros de salud no son inmunes al panorama económico. El segmento individual ha visto cómo se han reducido los márgenes y las primas por el aumento de la competencia, mientras que en seguros colectivos, pese a ser el nicho de mayor crecimiento, la prima media ha caído debido al incremento de la competencia entre operadores, el poder de negociación de los clientes y las dificultades que atraviesan muchas empresas.
Al igual que sucede en otros ramos, la competencia entre aseguradoras es muy fuerte y “hay”, reconoce Antonio Jiménez, de Axa, “una excesiva tensión sobre el precio”. Como afirman en Adeslas, “el seguro de salud tiene un problema importante de fidelización del cliente, ya que duplica la prestación sanitaria pública”.
Eso sí, como en cualquier instrumento financiero, resulta prioritario extremar las precauciones a la hora de contratarlo, más aún cuando se trata de algo tan importante como la vida misma, o la salud. Existen aseguradoras que “están ofreciendo contratos con días limitados, por ejemplo, de unidad de cuidados intensivos (UCI) y cuando se superan derivan al paciente a un centro público antes de que termine su recuperación”, advierte Antonio Jiménez. Y sentencia: “En salud, la letra pequeña aparece cuando estás en el hospital”. Un tema muy delicado.